Cosmos. Marta Ares. 2014

AQUÍ
por KEKENA CORVALÁN

Hay una celda nocturna en el EAC, sólo una. ¿Cómo es la noche en una cárcel? Marta Ares (Buenos Aires, 1961) nos despierta la pregunta en su instalación site specific. La propuesta es compleja, por hermética y aparentemente despojada, como el espacio que la alberga: de un lado una noche estrellada, del otro, un poema. Aunque la noche estrellada de Marta también porta su vocación poemática, ya que posee impresos los nombres de los días de la semana, cortados, desparejos, alterados.
Lo que propone Marta es poesía visual. Sobre el mapa de estrellas, los días de la semana, como constelaciones erráticas y nuevas. Volver a los orígenes en la medición del paso del tiempo a través de los ciclos naturales, el que crea tiempos míticos. Las cárceles, esas heterotopías de desviación adonde van a parar justamente los que se desvían del camino. El valor del paso del tiempo cambia en el encierro. La diferencia noche y día para un preso es vital, cada paso de uno a otro marca la conciencia en la pérdida de existencia propia de un modo alienante. La cárcel, con su tiempo espacio que corre y no corre, es el lugar de los desesperados.
Lo que no puede ver un preso, plenamente, de cénit a nadir, es el cielo. El cielo es infinito, o casi, no importa lo que diga la física, se presume infinito ante los ojos, es la oquedad de lo inasible, de la libertad, de la expansión, un triunfo utópico sobre el límite, una sensación corporal de quedar extendidxs en el macrocosmos. La maravilla de la luz viajando toda la noche, eternamente, sin frenarse. Pero el polvo de estrellas dentro de la celda es en realidad polvo de cemento, polvo de tierra. Homenajes que podemos leer ni bien pisamos el espacio; por un lado Van Gogh y su noche estrellada, por otro Oscar Wilde y sus Cuadernos de la cárcel. Pintura y literatura. Ejes del cruce de toda la obra de Marta. También la noche boca arriba de Cortázar. Siempre que hablamos de la obra de Marta la literatura emerge sola, no hay que pensarla extra, no hay que forzar ni el ut pictura poesis (“como la pintura así es la poesía” ) ni la écfrasis (la representación verbal de una imagen visual), porque no hay modo de disociar lenguajes aquí, no se trata de colocar la palabra en la imagen ni buscarle el cuadro al poema; el mundo
creador de Marta no es bipolar, es multipolar.
Coherente consigo misma, absolutamente debida a su propia poética, este proyecto de Ares guarda estrecha relación con los calendarios que expone en Buenos Aires en la Galería Pasaje17 por estos mismos días. Siempre la pregunta por el tiempo y su alteración en la construcción de teorías del espacio y en la producción de objetividades/subjetividades. El espacio como devenir, el tiempo como hábitat, y la obra de la artista desnaturalizando, extrañando ambos conceptos centrales para la modernidad.
La celda propia de Marta, de su decir poético e imaginativo le aporta a Itineraria un descentramiento inédito, se la lleva más allá de su propia narrativa, le extiende límites y le deshace cualquier discurso posible en su toque oscuro, en su olor a noche, en su viaje interno y excéntrico.

11 agosto, 2014

Marta Ares, “Aquí” (2014). Instalación. Impresiones y cemento. Medidas variables
Itineraria: 10 Mujeres. 2 Territorios.
Marta Ares, Patricia Bentancur, Claudia del Río, Colette Hillel, Silvana Lacarra, Ester Nazarian, Teresa Puppo, Silvia Rivas, Mónica Rojas, Anaclara Talento, Cecilia Vignolo.